lunes, 25 de abril de 2011

complicaciones del aborto

Los abortos espontáneos presentan una tasa de complicaciones muy baja. Las más frecuentes son la hemorragia y el aborto séptico1. La hemorragia puede llegar a ser muy intensa y requerir transfusión sanguínea. Suele ceder con un legrado uterino, pero si la pérdida de sangre es muy importante se puede complicar con una coagulación intravascular diseminada (CID). La CID consiste en un cuadro clínico grave producido por el consumo de factores de coagulación, el cuerpo se va quedando sin las sustancias que hacen coagular la sangre por lo que la hemorragia se hace más profusa, además de producirse fenómenos trombóticos. Este cuadro puede llevar a fallo multiorgánico2 y riesgo de muerte.
El aborto séptico se produce por la infección del material gestacional de dentro de la cavidad uterina. En algunas ocasiones se produce al intentar manipular el útero de forma mecánica o química en un intento de interrumpir la gestación. La fiebre es el síntoma principal y su evolución puede ir desde un cuadro leve que se resuelva con tratamiento antibiótico a un cuadro muy severo que precise tratamiento quirúrgico y unidad de cuidados intensivos.
Otras complicaciones son las derivadas de la cirugía para la evacuación del tejido gestacional retenido, es decir de los legrados. La complicación más frecuente es la retención de restos, es decir que no se consiga eliminar todo el tejido y precise después tratamiento médico o un nuevo legrado.



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